miércoles, 1 de diciembre de 2010

Historias...

-<< Fue hace unos tres años, unos meses antes de que tú te mudaras aquí. Mi hermana y yo estábamos preparándonos para el baile del instituto, ella estaba algo molesta conmigo porque el chico que nos gustaba a las dos me había preferido a mí, yo estaba contenta y triste a la vez, no quería ver triste a mi hermana, quería que disfrutase de la fiesta tanto como yo esperaba hacerlo. Sonó el timbre, estaba entusiasmada, quería verlo, y cuanto antes, mejor. Bajé corriendo las escaleras y abrí la puerta de un tirón, pero él no estaba ahí. No recuerdo bien si lloré o no, quizás una parte de mí lo sabía otra seguía con la esperanza. Pero de una forma u otra, él se había ido con mi hermana, aunque eso lo supe más tarde, una vez me atropelló ese coche. Doy gracias a que no recuerdo nada que tuviese que ver con el dolor que debí sentir, solo sé que de repente, todo fue negro. Había salido a mitad de la calle para ver alejarse el coche, pero uno vino detrás mí, sin verme. >>


Quise hablar, parecía triste y quería consolarla, pero no sabía que decir, era como si me hubiesen quitado las cuerdas vocales, me daba la impresión que dijese lo que dijese estropearía el momento.


-¿Sabes qué?


-¿Qué?- Pregunté algo indeciso.


-No importa. No quiero pensar en eso.


-¡¿Cómo que no importa!?


-Sh... ¡Te pasas el día gritando!


Pude escuchar perfectamente la puerta del dormitorio de mis padres abrirse. Me quedé paralizado por un momento, luego comencé a hacerle señas Claire para que se escondiese, pero ella parecía bastante tranquila. Al ver que ella no se inmutaba decidí preocuparme por mí. Me tiré en la cama y me tapé con la sábana hasta la cabeza. La puerta de mi dormitorio se abrió y alguien entró, hice como si fuese sonámbulo y empecé a dar pequeños gritos, como si tuviese una pesadilla. Abrí un poco los ojos, lo suficiente para mirar a través de las pestañas, justo en el momento que ella salió del dormitorio. Cuando me quité la sábana de la cara me fijé en que Claire estaba sentada delante de la puerta como si nada hubiese pasado, es más, me miraba divertida.


-¿Qué has hecho para que no te viese?


Chasqueó los dedos y luego soltó una ligera risita. No entendí nada, y por lo visto mi cara se lo hizo saber.


-Solo se me puede ver cuando yo quiero.


-Wow, tiene que ser divertido. ¿Pero cómo hiciste para ser fantasma? ¡Yo quiero!


-¿¡Estás loco?! No sabe lo que daría por estar en tu lugar...- Sonrió melancólicamente. No soportaba verla triste.


-¿Volvemos a cambiar de tema?


-Sí, mejor. No te preocupes, suele pasarme. No te preocupes.

-¿Cómo quieres que no me preocupe?

-No me conoces de nada, puede que yo a ti sí, pero tú a mí no. Las personas normales no se preocupan por la gente que no conocen.

-Puede que tengas razón. Pero me siento como si te conociese de toda la vida... Dejalo, quizás sea verdad y este diciendo alguna estupidez.- Me giré y me senté en la cama dándole la espalda.

-No... Yo no quería que te enfadases...

2 comentarios:

  1. Aww!! Pobre chica!! Pero que cool te va quedando :D

    TQM
    Cuidate!!
    P.d: Me saludas a tu dibujito!! XD

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